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Sobre mayorías silenciosas y gobiernos demagogos

Pablo Martín 2Artículo del diputado socialista por Balears Pablo Martín Peré

Hace ya unas semanas, la Vicepresidenta del Gobierno español afirmó ante la multitudinaria manifestación celebrada en Cataluña con motivo de la consulta sobre el "derecho a decidir", que eran muchos más lo que no se habían manifestado. A ese heterogéneo núcleo de población, Soraya Sáenz de Santamaría lo denominó la "mayoría silenciosa".

El pasado domingo se manifestaron en las Illes Balears más de 100.000 personas contra el modo en que pretende implantarse la norma del Govern balear que introduce el inglés como tercera lengua de la enseñanza en la educación pública y concertada. Es una cifra histórica, como ya han reconocido todos los medios de comunicación. Apabullante.

La primera reacción del Govern balear ha sido afirmar que esta manifestación "no representa el sentir popular". A través del consejero de Presidencia hemos sabido que según el Ejecutivo autonómico, la manifestación solamente representaba al 7% de la población, mientras que al Partido Popular lo votó el 18% del censo electoral. Paso por alto los errores en los datos de porcentaje que les votaron puesto que no modifican lo que a continuación explico.

Al margen de que desconocemos si la confusión entre población y censo electoral es voluntaria, lo cierto es que de las declaraciones aludidas se desprende la misma argumentación que la ya utilizada por el Gobierno central. Además, no es ni mucho menos la primera vez que el Partido Popular utiliza este ardid. En las manifestaciones contra la guerra de Irak ya fue enunciado por el gobierno de José María Aznar.

El sofisma, puesto que de un sofisma se trata, es bien sencillo: "Todos los que se han manifestado, están en contra (o a favor) de X; luego, todos los que no lo han hecho, están a favor (o en contra) de X."

Hace ya más de 2.500 años que Sócrates demostró la estupidez lógica que encierran los sofismas. La propia RAE los define como "Razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es falso".

Una de las formas de desenmascarar un sofisma y demostrar cuán absurda es su argumentación, consiste en utilizar su lógica en sentido inverso, es decir, en contra de quien lo ha enunciado.

Veamos qué sucede en el supuesto de la manifestación de ayer y las palabras del Govern balear, cuando se utiliza esa misma argumentación en su contra.

Según sus manifestaciones, los dirigentes del Partido Popular consideran que todo aquel que ayer no formó parte de la manifestación, apoya su política de implantación del TIL. Asimismo, comparan la cifra porcentual de quienes se manifestaron con la del número de electores que les votaron en los últimos comicios autonómicos y municipales celebrados.

La contradicción lógica que encierra el contraste entre las cifras es tragicómica, especialmente por que quien la ha acuñado es una de las personas con, supuestamente, mayor responsabilidad política de la comunidad y a la que se le presume competente en función del cargo que ocupa.

Pues bien, si utilizamos esa argumentación en sentido contrario, es decir, que todos los que no votaron al Partido Popular en las pasadas elecciones de mayo de 2011 están en contra del TIL, según las propias cifras arrojadas por el consejero, el 82% de los votantes no aprueba la política del Govern en esta materia. De ser cierta la argumentación lógica prácticamente ningún gobierno tendría legitimidad alguna para ejercer su mandato.

En el mismo sentido podría decirse de la lógica utilizada por la Vicepresidenta y la manifestación en Cataluña.

Así pues, las mayorías silenciosas son una arma arrojadiza que cual boomerang, se vuelven en contra de uno si son utilizadas demagógicamente, que es siempre que alguien pretende atribuirse su opinión.

Al margen de la falta de lógica de tales argumentos podemos, además, afirmar sin rubor que muchísimos votantes del Partido Popular y miembros destacados están contrariados por el modus operandi de José Ramón Bauzá.

Lo que constata la afluencia masiva de personas en contra del TIL es que las mayorías parlamentarias no siempre coinciden con las mayorías sociales y que cuando un gobierno gana los debates en los parlamentos, pero los pierde en las calles, es que ha llegado el momento de rectificar.

Rectificar es lo que debe hacer por tercera ocasión el gobierno del Partido Popular en las Illes Balears. Lo hicieron ya con el proyecto de ley de impuestos "verdes", con el pretendido cierre de los hospitales General y Joan March y tienen que hacerlo ahora con su imposición en contra de la comunidad educativa de una idea aceptada por la mayoría, el trilingüismo, pero cuya implantación es rechazada notoriamente.

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